Historia de una adolescente "normal"


Historia de una adolescente "normal"

Un libro que abarca lo que sintió una joven adolescente en el trascurso de una decaída emocional, que le costó hasta el ultimo suspiro y cómo sus escritos ayudaron a un joven a colocar una coma y no un punto a su vida. 





Prólogo  

Encerrar en escritos todo aquello que te carcome la mente, es una forma de liberarte de todo lo que llevas dentro de ti y que a veces no compartes ni con la almohada. Escribir ayuda a varias personas a soportar  todo lo que les afecta. Esta historia es la reflexión de la vida de una chica que trato de luchar, pero que se quedo en el intento, ansiando solo una cosa: Que sus escritos dejen una huella en la vida de las personas que podrían llegar a cometer el mismo error que ella cometió, dejándoles una chispa de esperanza para que no frenen el brillo de los sueños que llevan en su corazón. 

"Estaba muriendo, pero como no vieron sangre, no creyeron". Emily Rivera. 


Y ahí me encontraba yo corriendo hasta el último piso del edificio con lágrimas en los ojos, ya no resistía tanto dolor, tanta frustración, tanta humillación por parte de él, mi padre, como sus palabras me marcaron, "no sirves para nada" "deberías morir" "eres un inútil", preguntándome que había hecho mal, todo lo que hacía era para enorgullecerlo a él, quería recibir aprecio de su parte, hasta que esa noche llegue emocionado a casa, había ocupado el primer lugar en el colegio, y ahí estaba él, borracho, si había bebido otra vez y llegaron los golpes, solo anhelaba que ahí acabará todo, que él me quitara la vida en ese instante pero no fue así, solo me corrió de la casa, tan miserable me sentí y corrí, corrí hasta llegar ahí, el edificio más alto de la ciudad, la brisa de la noche golpeaba mi cara, y mi cuerpo estaba adolorido de los golpes que me había dado mi padre. Esa noche, caminé hasta la baranda, grite tanto que mi garganta se desgarro, mire la vista, por la altura del edificio era obvio que iba a morir, ¿había algún motivo para no hacerlo? No lo creo, solo tenía a mi padre y era por él que me encontraba en esa situación así que di un paso más y pensé en ella, Graciela, a quién le prometí no rendirme ya que ella me prometió que siempre estaría para mí, pero ¿qué sucedió? ¿Dónde estaba ella? También me traicionó... También me abandonó... Así que cerré mis ojos, pero cuando lo hice y decidí seguir caminando para lograr mi cometido me tropecé con una cajita, que hizo que abriera mis ojos de golpe, por una extraña razón está caja llamo mi atención así que me detuve y la abrí, tenía un libro en ella adentro, así que si iba a morir por lo menos antes de hacerlo tenía que hacer una de las pocas cosas que me mantenían con vida, leer. 


Carta 1. Enero de 2000 

“¡Por fin!, ingrese a bachillerato, esta semana fue un poco diferente a todas las semanas que han pasado desde que entre a estudiar, ya que me separaron de mis amigas, con quienes tengo un vínculo muy fuerte. Para mí es algo difícil, ya que tengo que adaptarme a otro entorno y a otras personas, pero eso no será un impedimento ya que quiero experimentar diferentes cosas y salir de mi zona de confort. Mi nuevo curso parece ser un poco diferente... además de que allí, en el centro del salón se ubica Kley, aquel chico que ante mis ojos parecía la estrella más brillante jamás vista.”



- Al parecer no soy el único que no tiene amigos en su salón, aunque para ser sincero ni fuera del salón ni en el colegio los tengo. Bueno, otra historia de amor, aquí vamos otra vez, a quedar sin estabilidad emocional por culpa de un libro, incluso antes de morir, y así como esa chica tenía a su estrella más brillante yo también creía haber tenido la mía, Graciela. Comente.






Carta 2. Febrero de  2000 

“Hasta hoy todo parece marchar bien, me he adaptado al curso y he conocido a personas muy buenas y con las que estoy compartiendo tiempo, sin olvidar a mis amigas, mis notas en el colegio van bien, y he descubierto algunos pequeños problemitas que no gustan, más sin embargo me siento muy bien y estoy feliz de lo que he hecho en estos dos meses del año, la relación con mi familia nuclear es muy buena y mi vida es estable. Mi relación con Kley no resulto ser como la imagine, siempre que me acerco, él actúa indiferente y me hace sentir despreciada.”

-Desearía, por lo menos que la relación con mi padre fuera buena, y no estuviera llena de golpes e insultos, pues desde que tengo memoria siempre ha hecho lo mismo y mi madre, nunca estuvo, sólo, me abandono. Graciela, mi historia comenzó cuando ella llego al colegio y me pregunto sobre aquel salón, y yo bien distraído, le dije que era en el segundo piso, sin darme cuenta que en ese mismo salón estaba yo, desde ahí se convirtió en mi única amiga. Recordé.

Carta 3. Marzo de 2000 

"Hoy cumplí 15 años presente una prueba que desafortunadamente no aprobé y me celebraron los cumpleaños. En el salón he tenido conversación con muchas personas y he descubierto la cantidad de problemas que pueden llegar a tener como por ejemplo Alejandra, que es una chica que es demasiado insegura y que no tiene un ambiente familiar seguro, pues su familia solo busca que siga con las tradiciones y la presionan para que sea la mejor en todo, al cabo que ella no puede ya que, solo quería ser escritora y ahora, justo ahora, ha de estar por cometer una locura (no pude ayudarla, no sabía que la solución a los problemas podía ser eso)... El trabajo en el colegio marcha muy bien, aunque estoy comenzando a sobrepensar ¿por qué no tengo tiempo para nada?, solo para estudiar y supongo el problema está en mí ya que no logro hacer las tareas de manera rápida, ese pensamiento me consume a veces, pero estoy luchando por no hundirme en él."

-La verdad comienzo a comprender la vida de esta chica, pero ahora me identifico más con Alejandra, ¿por qué tu “familia” se convierte justo en tu peor enemigo?, ¿Por qué en vez de guiarte y apoyarte para que tengas una vida que te llene, te impulsan a la miseria del no querer ni siquiera vivir? Realmente mi trabajo en el colegio no es bueno, siempre tengo la cabeza en otro lado y aunque me guste aprender, ya permití que mis problemas se adueñaran de mí, además de que solo mejore ahorita porque quería que mi papá me diera la oportunidad de “servir para algo”. 

Carta 4. Abril de 2000 

“Ya casi termina este mes, mi salón está tomando una vibra totalmente diferente, mientras yo comienzo a hundirme en mis pensamientos, cada vez aparecen más juicios que me hacen dudar de mis capacidades, las notas en el colegio continúan bien, pero he trasnochado bastante. Y si, los profesores nos dicen que ordenemos nuestro tiempo, pero que pasa cuando tú lo “ordenas” y te la pasas literalmente todo el día haciendo tarea y tu supones que avanzas, pero realmente no lo haces y al final, terminas haciendo todo a última hora, obteniendo más y más frustración cada día.”

-Mientras aquella joven se hundía en sus pensamientos por dudar sus capacidades, yo solo las reprimía y ni siquiera sabía que tenía ciertas habilidades, la única persona que me hacía hacerme consciente de ellas era Graciela. Siempre me había gustado estudiar y leer, ya que eran las únicas cosas que le daban sentido a mi vida, y aunque me gustaban podría afirmar que no era el mejor y eso nunca fue suficiente para mi padre.


Carta 5. Mayo de 2000  

“Las trasnochadas continúan y yo cada vez me culpo de más por no lograr cumplir con mis responsabilidades a tiempo, poco a poco comienzo a relacionarme más con las personas de mi salón algunas de ellas, le dan otra solución a mis problemas que básicamente son sustancias psicoactivas, dicen que ellas te hacen olvidar de todo y como claro ejemplo esta Carlos, un chico que parecía tenerlo todo, pero que ahora está hundido en la miseria de la adicción. Tengo miedo de llegar a ese extremo ya que a veces siento que no puedo más, yo si quiero solucionar mis problemas, pero no de esa forma, no quiero caer en eso o incluso intentar acabar con mi vida, voy a luchar por mí. Mi salón paulatinamente se comienza a hundir en la miseria de los problemas de todos los que pertenecemos a él. Se acerca el cumpleaños de mi mejor amiga, y haremos una pijamada en donde quizá despejé un poco más mi mente, ese día fue muy increíble sentí que salí un poco de mis pensamientos, de nuevo me sentí sonriendo y con esperanzas por vivir, agradezco a ellas y a mi familia por darme un poco de luz cuando todo se convierte en una ola de profunda de oscuridad, incluso sin conocer los problemas que tengo a trasfondo.”

-Que bonito sería sentirte acompañado en los momentos en lo que más lo necesitas, mi único apoyo estaba en Graciela, quien fue la única que conoció todos mis problemas y que me ayudó a no decaer, ella fue esa luz que le dio esperanza a mi vida, pero porque sonrió, si nada dura para siempre y lastimosamente ya no hace parte de mi vida.

Carta 6. Junio de 2000  

“Este mes parece sonreírme, la actitud de Kley es muy diferente, ahora se ha acercado un poco más a mí y ha sido tan lindo, que creo que volví a sentir que me gusta, que mi corazón volvió a latir y estoy en una paz constante cada que paso tiempo con él, mis notas en el colegio están en sube y baja constante y la relación con mi familia y amigos se mantiene bien, al parecer estoy volviendo a ser feliz.”

-Que bonito se siente estar así, yo también tuve momentos así, yo sentía que Graciela era mi lugar seguro con quien yo me sentía en paz y tranquilidad, con ella todo dejaba de doler y era como si el mundo que constantemente me hacía sufrir comenzará a darme una oportunidad para ser feliz, pero es irónico porque la persona a la que yo creí que era mi lugar seguro se terminó alejando, quizás la cansé, quizás solo fui una carga para ella, no lo sé, pero tengo claro que aunque ella se haya marchado, yo luche más tiempo en este tormentoso mundo por ella, y sé que depender de alguien no es sano, y siendo sincero yo llegue a depender de ella, siendo el peor error que se puede cometer porque como ya lo he mencionado antes nada dura para siempre...

Carta 7. Julio de 2000  

“No, de nuevo no, ¿por qué me pasa esto a mí? Justo cuando mis sentimientos por Kley eran tan fuertes que me anime a escribirle este texto: "Al final, quizás no me exprese bien, quise ser sincera, aunque tal vez las palabras que salen de mi boca se pierden en el desvío del camino, pero en mi mente son diferentes y siempre se logran liberar. Ojalá fuera expresado todo frente a ti, pero es realmente complicado para mí. De pronto esto sea cursi y hasta absurdo para ti, aunque para mi es la forma más sincera de liberarme. El sentimiento supera mis límites y digamos que mi inquietud al no decírtelo fue realmente difícil para mí. No quiero que esto genere incomodidad para ti, pero tal vez inevitablemente la generara. Sí me gustas y de cierta forma nunca había experimentado algo así, sé que tal vez solo seré una conocida para ti, pero para mí, tu simplemente serás diferente y especial. Se que son palabras que pueden llevar a varias interpretaciones, pero no lo sé simplemente lo raro en ti, que es común entre la gente ¡Me hace feliz!... Mis pensamientos son enredados, pero de cierta forma quiero que los sientas como halagos. Gracias por haberme hecho sonreír en varias ocasiones no puedo negar que la pase increíble en los pequeños momentos que hablamos". El me rechaza y me dice que todo fue una simple apuesta.”


-Jumm, lo sabía lo bonito no dura para siempre, y bueno a mí, Graciela solo me abandono se fue sin darme explicaciones y me dejo con miles de dudas.

Carta 8. Agosto de 2000 

“Otra vez, comencé a rodar por la montaña de emociones, pero esta vez sin tener rumbo alguno, mis ganas de luchar desaparecieron, incluso mis miedos quería solo no existir, pero antes de romper en llanto alguien dijo que me ayudaría, pero no lo hizo con ese fin, lo hizo con el fin de que yo, generará una adicción y al estar tan vulnerable caí y bueno acá estoy con mis calificaciones por el piso mi vida destruida y sin sentido a punto de escribir uno de mis últimos textos para dar fin a este horrible sufrimiento.”

-¡No!, ¿por qué? Debiste al menos intentarlo una vez más pequeña jovencita. Mi adicción, fue la dependencia que genere hacía Graciela, aunque me hubiera gustado mucho despedirme de ella, ojalá lo hubiera hecho.


Carta 9. Septiembre de 2000 

"Este será el último texto que redacte una adolescente “normal”, ya que por fin acabaré con aquel sufrimiento que me atormentó durante todo este año, solo espero que esta cajita que dejé acá, en el edificio más alto de la ciudad sirva de algo para alguien que este mal y que vaya a cometer el gran error que estoy por cometer yo, deseo con todo mi corazón que no lo hagas, yo sé que ha sido difícil, pero no por eso debes renunciar a lo que siempre quisiste ser, no lo has, grita, llora, pide ayuda, pero por favor, intenta salir de aquel abismo en el que caíste por accidente."


-Mi corazón, cada vez late más rápido y al entrar en llanto siento que alguien me toca la espalda, ¡oh!, no puede ser es Graciela con una carta en la mano que dice:

¿Por qué siempre que intentamos vivir aquellas experiencias que delatan tu corazón, solo retrocedemos?

Tengo miedo

Miedo a envejecer sin llegar a explorar

Miedo a ni siquiera tener un intento

Miedo a no tener tus besos...

 

Me asusta la idea de que solo mi mente disfrute.

Pero mi cuerpo y mi corazón nunca lleguen ni a tocar la cima.

Tengo miedo

Miedo a volver a enamorarme

Miedo a quererte sin que tu mi quieras

Miedo a perder las ganas de buscarte

Miedo a quedarme esclava del dolor

¿Por qué siempre somos la sombra de una luz?

¿Por qué no brillamos para sus ojos?

 

Aunque pertenezca al aburrido rincón

Quiero ser tu reflejo

Quiero mirarte

Quiero tu sonrisa

Quiero ser parte de tu vida.... 



-Graciela durante todo este tiempo solo se alejó para mejorar y así poderse mostrar como realmente era. Me odio tanto por todo, pero está vez voy a darle una oportunidad a la vida voy a hacer lo que aquella chica no logro, voy a vivir y afrontar todos mis temores y a luchar por aquello que me apasiona. Graciela, quisieras acompañarme en este nuevo comienzo.

-Sí, respondió Graciela muy emocionada.


Finalmente con este nuevo comienzo cerramos esta maravillosa historia, siendo su autora Luisa Fernanda Sierra Casallas, sin olvidarse de mencionar que algunos textos aquí mencionados pertenecen a Angelina Kley Victoria Comber y Liseth Damaris Abril Vega.
FIN



 





  







 






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